La distancia nos separa, el tiempo pasa delante de nuestras narices dejándonos como meros espectadores. Ya hace varios años que te conozco, mejor dicho hace varios años que intento conocerte y no ha pasado ni una primavera desde ese día en el que decidí alejarte de mi corazón y verte como un gran amigo. Siempre he estado unida a ti, de una manera u otra no te dejaba solo en ningún momento, pero las cosas han cambiado, la llama del amor se ha fundido, ya no sueño contigo, no vivo por y para tu recuerdo, no lloro tu ausencia, ni echo de menos algo que jamás tuve, pero no puedo decir que te he olvidado, simplemente aprendí que lo nuestro era algo inalcanzable, que dejar de desearte sería lo mejor para los dos y que seria la única manera de salir ilesa de esta historia.
Pero las cosas han cambiado, ahora puedo decir que tengo un amigo, un amigo que se olvida de que está hablando conmigo, que no recuerda mi voz ni yo la suya, que tiene un pajarito que le informa mal de las cosas en la guantera del coche y uno de pacotilla que intenta hacerse el listillo, un amigo en la distancia al que he visto 3 veces en mi vida, un amigo al que quiero con locura, al que aprecio más de lo que él se imagina, un amigo que no quisiera perder jamás, un amigo que se ganó un hueco en mi corazón y que no lo ha perdido. Te quiero.
Tu recuerdo aun lo mantiene como amigo aunque los dos sepamos que la palabra amigo engloba mucho más que lo que él es ahora
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