Todo parece estar cambiando, vuelve a ser como hace mucho tiempo. He visto como pasaban los días en el calendario, esas eternas 24 horas dándole vueltas a una misma cosa en la cabeza.
Todo se repetía una vez más. Esa historia sin resolver, ese camino cortado con dirección a ninguna parte.
Ya me atasqué una vez ahí, las ramas de los arboles me impedían salir, se enredaban ante mis ojos cuando intentaba huir de aquella locura. En todo ese tiempo no apareció ningún príncipe azul que me abriera el camino y me montara a su caballo blanco, eso solo ocurre en las películas. Tuve que luchar contra los árboles, tuve que despejar el sendero de vuelta yo sola, tuve que aprender a sobrevivir en la intemperie. El agua precipitó sobre mí, me arrastró y me llevo aun más lejos de la salida, pero aun así encontré el camino de vuelta a la normalidad.
No podía permitir que todo eso volviera a suceder, no quería volver a ese bosque sombrío. No se como lo hice, ni que fue lo que paso por mi mente en aquellos momentos, solo se que lo evité. Ahora mi mente no se tortura con tu recuerdo y ha logrado no sufrir tu ausencia.
Me siento bien, he logrado evitarme el sufrimiento, he decidido lo mejor para mi a pesar de que mi corazón dictara otra cosa. Han aparecido personas nuevas en mi vida, entretienen mis días, les dan color.
¡Me encanta ver de nuevo mi vida pintada de color!
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